Tras ser evacuados con rapidez y sin muchas dificultades por los militares israelís de la casa que ocupaban ilegalmente en Hebrón, cientos de colonos judíos se entregaron a una orgía de represalias contra los palestinos. En Hebrón hirieron a balazos y de gravedad a un padre y a un hijo, atacaron casas a pedradas y quemaron una quincena de vehículos. Los disturbios se propagaron por otros puntos de la Cisjordania ocupada, donde viven 250.000 colonos.

Todo, según testigos y fuentes oficiales, ante la pasividad de los militares. La web del diario israelí más leído, Ynet , aseguró que las fuerzas de seguridad se desentendieron y no hicieron nada para detener a los colonos.