Este es el memorando popular", tituló ayer a toda página el diario liberal Radikal . Tanto para este como para otros rotativos turcos, el apoyo recibido por el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, islamista moderado) en las elecciones del domingo lleva implícito un mensaje contra la influyente posición del Ejército turco, que el pasado abril publicó un duro memorando militar contra el Gobierno dirigido por Recep Tayyip Erdogan y contra sus pretensiones de elevar a la presidencia de la República a su número dos, Abdulá Gül. De momento, el Ejército no ha abierto boca tras las elecciones.

"No ha sido solo una victoria del PJD, sino de todo el pueblo turco. También es una prueba de la madurez democrática de los turcos y un voto de protesta contra el intervencionismo de los militares turcos en la política", comentó a este diario Cengiz Çandar, analista político y columnista del diario Referans .

MANO TENDIDA Pese a revalidar la mayoría absoluta, Erdogan tendió la mano al resto de partidos. El principal partido de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (PRP), supeditó su colaboración a la búsqueda de consenso por parte del Gobierno. Necla Arat, candidata electa por el PRP, consideró que el PJD ha comprado los votos a través de la caridad municipal: "Si las personas son pobres e ignorantes, se puede manejar su voto. Ciertas personas nos confesaron que el PJD les entregó dinero para que votasen por ellos". El diario Cumhuriyet , cercano al PRP, acusó a Erdogan de querer "transformar el país en un satélite islámico moderado de EEUU".

El politólogo Hasan Bülent Kahraman negó que el Gobierno de Erdogan sea islamista: "Por supuesto Erdogan es más religioso que sus antecesores, pero eso no quiere decir que los turcos nos hayamos vuelto fundamentalistas, sino ahora no gobernaría Erdogan sino el Partido de la Felicidad (islamista radical)".

"Al PJD se le ha votado desde todos los sectores de la sociedad y, puesto que la mayoría de la sociedad turca es laica, no se puede decir que haya una división entre el voto laico y religioso, más bien el voto se ha dividido entre los que apoyan un Gobierno civil y los que se amparan en los militares", afirma Çandar. De hecho, el partido de Erdogan logró la mayoría de los votos en 69 de las 81 provincias de Turquía, y en las restantes fue el segundo partido más votado.

Desde su llegada al poder, el PJD se ha ganado la confianza del mundo empresarial por levantar la economía turca, golpeada en el 2001 por una de sus peores crisis, y por el inicio de negociaciones para la adhesión a la Unión Europea (UE). Asimismo, ha logrado ampliar su base electoral. Atrás quedaron los tiempos en que solo el voto rural y devoto servía de soporte a las formaciones islamistas. Al PJD le votan las clases populares, la burguesía musulmana de las ciudades y cada vez más, gente de todos los sectores que valoran su gestión gubernamental.

En cambio, el PRP se ha convertido en un partido marginal en el este y sureste del país, de mayoría kurda, superado por partidos que ni siquiera obtuvieron representación.

LA CAJA DE PANDORA Abrir la caja de Pandora del nacionalismo, avivado por el aumento de las muertes de soldados en combate con el separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), no solo no ha beneficiado al PRP sino que, al dividirse el voto laico-nacionalista, ha permitido la entrada en el Parlamento turco del ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (PAN). Los principales empresarios valoraron positivamente la reelección de Erdogan y la bolsa alcanzó máximos históricos.