El exministro socialista y fallido candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en el 2000 se va a convertir en el comisario más poderoso del nuevo Ejecutivo comunitario y uno de los políticos con mayor poder del mundo económico. Joaquín Almunia tendrá la capacidad de vetar fusiones de empresas y de imponer sanciones multimillonarias a las compañías por prácticas comerciales ilegales. Sus decisiones solo van a poder ser cuestionadas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE).

Durante los últimos cinco años ha pilotado con rigor la política económica europea y el control de los déficits públicos de los Veintisiete. Socialdemócrata liberal, sus prédicas en favor de las reformas económicas y laborales han tenido, sin embargo, un éxito moderado.

Almunia desembarcó en la Comisión Europea en abril del 2004, al final del mandato del Ejecutivo de Romano Prodi. Economista y jurista de formación, además de vicepresidente de la Comisión Europea, recibe una cartera con poderes ampliados, al absorber competencia de transportes y energía.

Almunia decidirá sobre las grandes fusiones empresariales y sobre las ayudas públicas a las compañías.