La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) "no quiere armas a bordo" de los aviones comerciales, como exige Estados Unidos, y considera que los gobiernos, y no las compañías aéreas, deben costear la medida si ésta se impone. La exigencia de la Casa Blanca de que haya agentes de seguridad en algunos vuelos procedentes o con destino a EEUU ha recibido la críticas de pilotos de varios países y la aquiescencia de diversos gobiernos europeos. La compañía española Iberia recibió el martes el requerimiento de Washington.

La IATA, que agrupa a más de 270 compañías aéreas de 180 países, se situó el martes en el bando crítico. "En cierta medida, la seguridad es responsabilidad de las compañías aéreas, pero la exigencia de EEUU va más allá de las medidas de seguridad razonables que deben estar obligadas a tomar", indicó Anthony Concil, portavoz de la organización.

CONSECUENCIAS Tras el rechazo de los pilotos británicos a la presencia de agentes armados, sus colegas daneses de la compañía Scandinavian Airlines System afirman que se trata "de una muy mala idea, porque puede acarrear consecuencias catastróficas para el pasaje y la tripulación en caso de enfrentamiento armado en vuelo entre el secuestrador y un agente".

En contraposición, agentes del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional viajan en ciertos vuelos de las compañías francesas considerados sensibles desde vísperas de Navidad. La compañía alemana Lufthansa y la israelí El Al han colocado también agentes armados encubiertos en sus vuelos internacionales de forma voluntaria. Desde la semana pasada, agentes armados mexicanos viajan de incógnito en vuelos hacia EEUU y tienen instrucciones de intervenir en situaciones de alto riesgo.