Era la cara más amable del régimen del depuesto y ajusticiado dictador iraquí Sadam Husein y, con su brillante oratoria y capacidad negociadora, llegó a gozar de una cierta popularidad en la escena internacional. Tarek Aziz, exviceprimer ministro iraquí y exministro de Exteriores, fue condenado ayer por el Alto Tribunal Iraquí a 15 años de cárcel por la ejecución, en 1992, de 42 comerciantes acusados de haber concertado ilegalmente una subida de precios tras la crisis desatada por la guerra del Golfo, en 1991.

El primo de Sadam Alí Hasan al Majid, conocido como Alí el Químico, recibió la misma condena de 15 años y dos hermanastros del dictador, Watban Ibrahim al Hasan y Sabaawi Ibrahim al Hasan, que eran respectivamente ministro del Interior y jefe de la policía política, fueron sentenciados a muerte.

Los comerciantes habían sido acusados de violar el estricto control de precios impuesto por el Estado para paliar la situación derivada del hundimiento económico al que se enfrentaba el país por las sanciones impuestas por la ONU tras la invasión de Kuwait en 1990. El Alto Tribunal Iraquí consideró ayer que la ejecución de esos empresarios constituyó un "crimen contra la humanidad".

Es la primera vez que Aziz, de 72 años y el único cristiano integrante del círculo más próximo a Sadam, es condenado por un delito desde que se entregó voluntariamente a las tropas de EEUU en abril del 2003, dos semanas después de la caída del régimen del dictador. Hace ahora dos semanas, el mismo tribunal iraquí absolvió a Aziz de haber tenido ningún papel en el asesinato y el desplazamiento masivo de chiís en 1999.

En el momento en que se dio lectura a la sentencia, uno de los hermanastros de Sadam, Sabaawi, se puso de pie y gritó "¡Alá es grande!" y "¡Abajo el ocupante!", al tiempo que se declaró "orgulloso" de convertirse en mártir.