Hubo un tiempo, no hace mucho, en que los principales líderes de la comunidad negra en EEUU apoyaban sin fisuras a Hillary Clinton como candidata demócrata a la Casa Blanca. A su favor estaba su peso específico en el partido, el recuerdo de la presidencia de Bill Clinton y las dudas que despertaba Barack Obama. Era cuando los analistas se preguntaban si Obama era "lo bastante negro".

Un mes y medio de primarias después, los congresistas negros del Partido Demócrata se encuentran con el corazón partido, recibiendo fuertes presiones de sus votantes para que retiren el que en muchas ocasiones fue apoyo explícito y público a Clinton y se lo den a Obama. Su papel puede ser muy importante, ya que como cargos electos son superdelegados y tendrán voto en la convención a la hora de elegir candidato.