En medio de una creciente protesta social que en las últimas horas se cobró dos vidas y numerosos heridos, el Congreso ecuatoriano destituyó ayer al presidente Lucio Gutiérrez, cuya suerte quedó echada desde el momento en el que las Fuerzas Armadas le retiraron su apoyo. La Fiscalía dictó anoche orden de prisión contra el ya expresidente, que huyó. Según una cadena de televisión, solicitó asilo político en Panamá.

Mientras las autoridades parlamentarias surgidas de la revuelta le tomaron juramento como nuevo jefe de Estado al vicepresidente Alfredo Palacio, en el Palacio de Carondelet, sede del Gobierno, Gutiérrez se quedaba más solo que nunca. Parte del contingente militar que custodiaba el edificio comenzó a dispersarse una vez que se escuchó el anuncio de la cúpula castrense en el que se le pedía a Gutiérrez que se fuera, "por el bien de la la patria" y "en nombre de la paz".

Minutos más tarde, Gutiérrez se subió a un helicóptero con su familia, con rumbo desconocido. La cadena de televisión Ecuavisa informó de que Gutiérrez solicitó al Gobierno de Panamá asilo político. Fuentes de la embajada panameña en Quito afirmaron que no existen prohibiciones para que Gutiérrez pueda viajar al país. Venezuela dijo también "no tener inconvenientes" en conceder asilo a Gutiérrez.

Miles de manifestantes acudieron anoche a la Plaza de la Independencia, frente al Palacio de Gobierno, para festejar la salida del poder de Gutiérrez.