La Casa Blanca encajó ayer un nuevo revés del Consejo de Seguridad de la ONU, al verse forzada a retirar, por falta de apoyo, el proyecto de resolución para ampliar otro año la inmunidad de los soldados estadounidenses en operaciones de paz o bajo mandato de la ONU ante el Tribunal Penal Internacional (TPI). "Es particularmente difícil para mi Gobierno apoyar la resolución, dado el trato a los presos iraquís", declaró el embajador de China, Wang Guangya, resumiendo el sentir de los siete países del Consejo, entre ellos España, que decidieron abstenerse.

Con ello, las tropas estadounidenses que participen en operaciones en el extranjero podrán ser sometidas a procesamiento por el TPI, la corte internacional creada en 1998 a la que pertenecen 94 países. No obstante, Washington se ha puesto manos a la obra para neutralizar el peligro de procesamiento para sus tropas en este tribunal, y ha firmado ya acuerdos bilaterales con 89 países para asegurarse de que no presentan demandas contra ellas ante el TPI.

"Seguimos rechazando que los ciudadanos de países no firmantes del Tratado de Roma por el que se estableció el TPI puedan ser sometidos a la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional", recalcó el embajador de EEUU, James Cunningham.

Lo mismo que en el caso de Irak, la Administración de George Bush no pudo superar la firme oposición del organismo a seguir eximiendo a sus tropas del procesamiento por el TPI, en vista de las torturas que perpetraron contra presos iraquís en la cárcel de Abú Graib.

"España no podía apoyar la resolución, por el apoyo al TPI que siempre hemos mantenido, y porque su texto no es conforme con el Estatuto de Roma ni con la Carta de la ONU", dijo el embajador de España en la ONU, José Antonio Yáñez Barnuevo.