Un Consejo de Seguridad de la ONU dividido apuró las últimas horas del 2008 para tratar de impulsar sin éxito un alto el fuego en Gaza que ponga fin a los bombardeos masivos israelíes contra el territorio palestino.Los quince miembros del máximo órgano de Naciones Unidas reunidos con carácter de urgencia durante casi cuatro horas estuvieron de acuerdo en la necesidad de declarar un alto el fuego en Gaza, pero discreparon sobre cómo alcanzarlo.La reunión celebrada a pocas horas de las campanadas de la medianoche local empezó con un duro discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el que condenó las acciones de Hamás y la respuesta "desproporcionada" de Israel. "Quiero subrayar de la manera más firme posible el llamamiento del mundo a un alto el fuego inmediato que sea respetado por todas las partes", asegura Ban.Libia presentó al Consejo un proyecto de resolución en el que se conmina a Israel a cesar sus actividades militares y poner fin al bloqueo al que somete al territorio palestino. El texto culpa a Israel de la actual crisis, sin mencionar los lanzamientos de cohetes efectuados por el movimiento islámico Hamás contra el sur del territorio israelí, que el Estado hebreo cita como el motivo de su actual ofensiva.Las líneas generales del proyecto de resolución siguen la posición adoptada por la Liga Árabe en la reunión de ministros de Exteriores que celebraron ayer en El Cairo.El embajador libio ante la ONU, Giadalla Ettalhi, asegura que fueron los israelíes los que provocaron el desencadenamiento de las hostilidades por no levantar el aislamiento al que someten a Gaza desde que Hamás asumió su control en junio del 2007. El diplomático árabe insta a la comunidad internacional a recuperar la credibilidad obligando al Gobierno israelí a detener sus ataques contra el territorio palestino."Apelo al Consejo de Seguridad a que actúe con presteza para que no agregue otro Srebenica y otra Ruanda a su historia", dice Ettalhi, tras presentar el texto en el máximo órgano.Algunos miembros del Consejo dijeron estar dispuestos a estudiar la propuesta libia, pero las potencias occidentales se mostraron disconformes con su contenido por considerarlo sesgado en favor de Hamás."La resolución, tal como la ha distribuido Libia, no es equilibrada y por tanto EEUU no la puede aceptar", asegura el embajador de Washington ante la ONU, Zalmay Khalilzad, a la salida de la reunión.El diplomático estadounidense señala que su país considera que "solamente un enfoque equilibrado de este conflicto puede facilitar que se llegue a una resolución". Advierte que no se ha visto ninguna señal por parte de Hamás de que esté dispuesto a poner fin al lanzamiento de cohetes y la entrada de contrabando de armas a Gaza."Por supuesto que estamos de acuerdo en un alto el fuego inmediato, y eso tiene implicaciones para Israel, pero lo que decimos es que primero deben dejar de disparar los cohetes, que son lo que han precipitado esta crisis", agrega.Una postura similar adoptó el embajador del Reino Unido ante la ONU, John Sawers. "Una resolución efectiva debe conseguir un amplio respaldo del Consejo y para ello debe reflejar la responsabilidad de todas las partes", apunta.Sawers asegura que de esa manera se conseguiría el respaldo del máximo órgano, en el que es imprescindible contar con el apoyo de los cinco miembros permanentes (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China).Los representantes de varios países árabes indican su disposición a negociar el contenido del texto libio, con el ánimo de lograr un alto el fuego lo más pronto posible. "Nuestra meta es poner fin al ataque contra nuestro pueblo", apunta el representante de la Autoridad Nacional Palestina ante la ONU, Ryad Mansur.Por su parte, la embajadora israelí ante la ONU, Gabriela Shalev, indica que su país solamente respaldará una resolución que asegure la desaparición para siempre de los bombardeos de Hamás contra el sur de Israel. "No sólo se debe poner fin a los actuales lanzamientos de cohetes contra Israel, Hamás también debe dar garantías de que no nos volverá a bombardear", apunta.La ofensiva iniciada el pasado 27 de diciembre por Israel contra Hamás ha provocado 400 muertos y 1.900 heridos, entre los que se encuentran numerosos civiles, según fuentes palestina.