Barack Obama aún no ha sido declarado candidato presidencial del Partido Demócrata pero ya ésta en la diana de los conservadores, que le achacan toda clase de pecados y el peor, según ellos, es "su pasado comunista". En la política, al parecer, todo vale y varios grupos conservadores no han escatimado esfuerzos ni recursos para torpedear la candidatura de Obama, el primer afroamericano con posibilidades reales de llegar a la Casa Blanca.

Uno de esos grupos, el autodenominado "Supervivencia de Estados Unidos" ("America's Survival"), afila sus armas contra Obama, empeñado en que el senador demócrata por Illinois no gane en noviembre. Para ello, ha colocado en su página internet "www.usasurvival.org", sendos informes sobre las presuntas conexiones comunistas de Obama, desde su infancia en Hawai hasta su ascenso en la arena política estatal en Chicago.

En declaraciones a Efe, el presidente del grupo, Cliff Kincaid, insistió en que todas las "pruebas" contenidas en los dos informes "son sólidas y ciertas, pero los medios de comunicación, embelesados con Obama, no quieren aceptarlas". "Somos investigadores que sólo queremos darle al público la información veraz que necesita. Su pasado importa porque se asoció con grupos y personas de extrema izquierda, comunistas, desleales a EEUU, y tendría que explicar esas conexiones" dijo Kincaid.

Kincaid quiere que Obama explique, por ejemplo, sus vínculos con la activista Bernadine Dohrn y con el "terrorista comunista" William Ayres, un ex miembro del grupo "Weather Underground" ligado a atentados contra instalaciones gubernamentales a finales de la década de 1960. Agregó que no se trata de una campaña para enlodar la obra y figura de Obama, porque su grupo también ha investigado a la senadora Hillary Clinton y al senador republicano John McCain.

Caza de brujas

De Clinton, el grupo destaca sus conexiones liberales durante sus años como primera dama (1993-2001) y de McCain, "no hay vínculos con grupos hostiles o comunistas, pero sí con cabilderos de intereses extranjeros", aseguró Kincaid. En el caso de Obama, sin embargo, la mayoría de las acusaciones parecen prestar del viejo refrán "dime con quién andas y te diré quién eres".

La campaña del grupo de Kincaid cuenta con Herbert Romerstein, una reliquia de la época del McCarthyismo en este país y que ahora considera necesario conocer el "entorno (político) en el que creció Obama". Romerstein fue miembro del Comité sobre Actividades Anti-estadounidenses de la Cámara de Representantes que, en plena Guerra Fría y desde 1938 hasta su desmantelamiento en 1975 se abocó a una "cacería de brujas", investigando a organizaciones subversivas presuntos comunistas y actos de deslealtad a este país.

Otros grupos conservadores tienen en la mira a Obama y se dedican a propagar correos electrónicos en los que se le describe, de forma errónea, como un musulmán, o en los que se cuestiona su patriotismo. Obama también ha tenido que distanciarse de su antiguo mentor espiritual, el reverendo Jeremiah Wright, cuyas declaraciones incendiarias contra EEUU han dado abono a grupos de derecha.

La campaña de ataques contra Obama evoca memorias de la realizada en contra del senador demócrata John Kerry, cuya candidatura presidencial en 2004 fue diezmada por el grupo "Swift Boat Veterans for Truth". Kerry fue condecorado con una estrella de plata por una heroica misión de rescate en febrero de 1969 en Vietnam, pero ese grupo de veteranos jamás le perdonó su posterior activismo en contra de la guerra.

Ese grupo, partidario de la reelección del presidente George W. Bush, invirtió 25 millones de dólares en una campaña de difamación contra Kerry, acusándole de fabricar historias sobre las atrocidades de los soldados estadounidenses en ese conflicto.

Kerry reaccionó con lentitud a los mordaces ataques y perdió, pero Obama ha aprendido las lecciones del libreto conservador. Por ahora no ha surgido en 2008 una campaña similar a la de los "Swift Boat" pero Obama, en todo caso, ha demostrado una cierta agudeza y agilidad para responder a los ataques de McCain o de grupos afines.