Meter en cintura a Corea del Norte para que abandone su programa de armas nucleares, centrará la agenda del presidente de Estados Unidos, George Bush, durante su participación en los dos días de reuniones que hoy inicia en Santiago de Chile el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Bush, que fue recibido anoche en la capital chilena con fuertes protestas contra la globalización y contra su política en Irak, recabará apoyo de los otros 20 líderes que acuden a este encuentro anual para contener a Corea del Norte, integrante del "eje del mal". Entretanto, en Washington, apenas dos semanas después de la victoria republicana en el 2-N, los halcones del Gobierno ya han puesto sus miras en el otro miembro del mismo eje, Irán, por "trabajar activamente" en el desarrollo de misiles capaces de portar cabezas nucleares, según señaló el pasado miércoles el secretario de Estado, Colin Powell.

Irán constituye una amenaza a la que hay que hacer frente con sanciones económicas, acciones militares o por medio de un "cambio de régimen", defiende este grupo, en lo que parece una repetición de los prolegómenos de la guerra de Irak, sostuvo ayer el periódico The New York Times . En Viena, fuentes occidentales de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AEIA) dijeron ayer que Irán produce grandes cantidades de uranio enriquecido.

DIPLOMACIA CON PYONGYANG Bush mantiene una actitud menos belicosa con Corea del Norte, pues sigue decidido a convencer por medios diplomáticos a Pyongyang de que abandone sus programas nucleares.

Sus socios en esta ofensiva son China, Japón, Corea del Sur y Rusia, pero hasta el momento tres rondas de negociaciones celebradas en Pekín con Corea del Norte para que se desnuclearice han tenido poco éxito. Pyongyang se negó a acudir a una cuarta cita, en septiembre.