Con el ánimo de atraer la atención de Washington y obligar a las autoridades norteamericanas a sentarse a negociar de forma bilateral un tratado de no agresión, el régimen de Corea del Norte procedió ayer al lanzamiento de un nuevo misil tierra-mar, que cayó frente a las costas de Japón. Se trata del segundo cohete que lanza el régimen de Pyongyang en dos semanas.

Sin embargo, EEUU y Japón restaron importancia al lanzamiento. "No vamos a caer en la práctica perniciosa de aceptar que ésta es la única forma de hablar con nosotros directamente", declaró el domingo el secretario de Estado, Colin Powell, horas antes del lanzamiento, que estaba previsto.