En medio de un enorme secretismo, Corea del Norte ultima los preparativos del que podría ser el mayor desfile militar de su historia, el plato fuerte de las celebraciones del 70 aniversario del Partido de los Trabajadores.

El régimen comunista lleva meses preparando la exhibición militar de este sábado y se espera que decenas de miles de soldados y civiles participen en una demostración de fuerza en la que Corea del Norte podría exhibir ante la mirada del mundo misiles balísticos intercontinentales.

A pesar del gigantesco despliegue militar que se exibirá en el centro de Pyongyang, la actividad de la ciudad solo se ha visto alterada la víspera por las masivas ofrendas florales de los ciudadanos a los pies de los omnipresentes monumentos de los dos anteriores líderes, Kim Il-sung y Kim Jong-il.

SECRETISMO

En la estación de metro de Yonggwang, ubicada en el centro neurálgico de la capital, los viajeros leían las últimas noticias sobre las conmemoraciones en los ejemplares del Rodong, el diario oficial delPartido de los Trabajadores, expuestos en vitrinas para ser consultados gratuitamente.

"Estoy leyendo que se han emitido monedas de plata para las celebraciones del 10 de octubre", explicó Jo Byong-jin, un médico de Pyongyang que piensa asistir con su familia a una exposición de flores típicas del país llamadas Kimilsungia y Kimjongilia en honor al abuelo y el padre del líder Kim Jong-un.

Tampoco un estudiante universitario, que prefiere no identificarse, parece estar muy al tanto de lo que va a suceder a pesar de leer con interés el diario. El joven, no obstante, no pierde la ocasión para decir que se siente "muy orgulloso y agradecido al gran mariscal Kim Jong-un", el líder norcoreano al que considera su padre.

EN GUERRA PERMANENTE

La numerosa prensa internacional presente en la capital para las conmemoraciones tampoco ha recibido información previa sobre los eventos y durante su estanacia ha visitado en grupo el lugar de nacimiento del fundador del país, Kim Il-sung, y el impresionante museo de la Guerra, que detalla de manera exhaustiva el conflicto que enfrentó a Norte y Sur desde 1950 a 1953.

Todo ello como una demostración del más extremo culto a la dinastía Kim y al gran peso militar de un régimen que siente estar en pie de guerra no solo contra la vecina Corea del Sur sino también frente a parte de la comunidad internacional.

A pesar del silencio oficial, las últimas imágenes de satélite tomadas en el área en la que en los últimos meses han tenido lugar los preparativos al este de Pyongyang avanzan que el desfile será de envergadura.

FLORES Y COHETES

Así lo ha revelado la página web especializada 38 North, asociada a la universidad estadounidense Johns Hopkins, que apunta que el régimen norcoreano llevará a cabo uno de los mayores desfiles militares de su historia con drones y posiblemente misiles balísticos intercontinentales.

Entre los equipos detectados por satélite destacan siete vehículos aéreos no tripulados en sus lanzaderas -algunas móviles y parcialmente cubiertas con lonas de camuflaje-, que sirven para misiones de vigilancia y reconocimiento.

En el caso de los proyectiles intercontinentales, el informe de 38 North puntualiza que ni éstos ni sus plataformas de lanzamiento se aprecian en las imágenes, pero "podrían estar ubicados bajo la gran carpa provisional erigida en la parte sureste de las instalaciones".

Además, las últimas instantáneas tomadas el pasado día 6 en la zona de prácticas revelan 800 tiendas de campaña, 700 camiones y 200 vehículos blindados de combate que previsiblemente participarán en el desfile, el primero desde 2013 y el tercero desde que Kim Jong-un llegó el poder hace casi cuatro años.

COREA SACA MÚSCULO

"Este desfile se celebra en un momento importante, ya que pretende mostrar el poder de Kim Jong-un no solo dentro de Corea del Norte sino también de cara al resto del mundo", explica el profesor Yoo Ho-yeol, del departamento de estudios norcoreanos de laUniversidad de Corea en Seúl.

Este experto argumenta que no se puede olvidar que el régimen sabe que el mundo le está observando -prueba de ello es la enorme presencia de medios extranjeros estos días en Pyongyang- por lo que un gran despliegue servirá, al margen de objetivos a nivel doméstico, para lanzar un mensaje a la comunidad internacional.

En este sentido, el analista surcoreano Seo Yoo-seok cree que un desfile de estas dimensiones no solo enviará el mensaje de que Kim Jong-un es el comandante en jefe del militarizado sistema de Corea del Norte, sino que también será "una demostración armada hacia Japón y Estados Unidos en su competición por la hegemonía en Asia Oriental".