Corea del Norte subió el sábado un peldaño en su estrategia de incrementar la tensión con EEUU al retirar los precintos y las cámaras instaladas por la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en la central nuclear de Yongbyon.

La decisión es todo un anticipo de las intenciones norcoreanas de reabrir sus instalaciones nucleares cerradas en 1994, cuando se sospechaba que desarrollaba parte de su programa nuclear, al tiempo que sembró la alarma en la vecina Corea del Sur.

La noticia salió a la luz pública ayer, cuando un comunicado oficial emitido por el Gobierno norcoreano admitió que los precintos habían sido retirados "para que las instalaciones nucleares paralizadas pudieran retomar su actividad normal y producir electricidad". La decisión "se ha adoptado para proteger la soberanía y los derechos vitales de Corea del Norte frente a EEUU", concluye.

La central de Yongbyon, donde Pyongyang fabricaba plutonio susceptible de ser usado en cabezas nucleares, se cerró en 1994 tras un acuerdo con EEUU para el envío de carburante. Washington canceló el suministro recientemente después de que Corea del Norte admitiera que desarrollaba un programa nuclear secreto. Desde entonces, Pyongyang se queja de que necesita nuevas fuentes de energía para garantizar el suministro eléctrico.

Por su parte, Seúl expresó su intención de pedir ayuda a China y a Rusia para convencerle de que renuncie al arma nuclear.