En la factura constaba la venta al Palacio Real de Agadir de 500 motocicletas para los funcionarios del recinto. La operación alcanzaba los 30.000 euros, pues cada unidad costaba 600. Sin embargo, la investigación policial descubrió que esas motos nunca existieron, ya que lo que el gerente del palacio, el coronel Mustafá Hilali, había comprado en realidad eran 500 bicicletas, que sólo costaban 30 euros cada una y por las que había pagado 1.500 euros. Hilali había sobornado al vendedor para que falsificara la factura y se embolsó la diferencia: 28.500 euros.

Según la investigación policial, mediante operaciones de falsificación de facturas como ésta, el coronel desvió a sus cuentas 1,3 millones de euros (más de 216 millones de pesetas), del dinero que Rabat destina al mantenimiento del complejo real. Aprovechándose de su situación como máximo responsable del palacio, Hilali, de 69 años, creó una trama de corrupción para vampirizar los recursos de palacio en la que están implicados algunos de los mayores empresarios de Agadir y un diputado.

El coronel Hilali, que llevaba más de 40 años en ese puesto, era un intocable . Uno de esos hombres que, por su proximidad al rey, están por encima de la ley en Marruecos. Eso acrecentó su voracidad y le llevó a extorsionar a Abderrahim Fenaui, un empresario marroquí. Hilali le exigía que pusiera a nombre de su hijo el 40% de su empresa si quería que el palacio le pagase lo que le debía.

El empresario denunció lo que ocurría a la prensa y el Gabinete real se decidió a actuar. La investigación de las autoridades destapó la trama y Hilali fue detenido el 7 de febrero. Tras ocho meses en prisión preventiva, el coronel compareció el jueves ante la Sala de lo Penal de la Corte de Apelación. Siete empresarios de Agadir han sido detenidos por falsificación de facturas y otros dos han huido.

Según el semanario Tel Quel, que ha tenido acceso al sumario, la investigación policial ha desvelado que, además de las facturas falsas, Hilali se quedaba con un 30% del combustible que compraba el palacio.

No obstante, el columnista Jalid Yamai pide "un juicio justo para el acusado" y se pregunta "cómo puede ser que se descubra súbitamente que Hilali era un corrupto cuando llevaba más de 40 años de servicio y no sólo nunca se le reprochó nada, sino que se le había impedido retirarse pese a que el coronel lo pidió varias veces".