La grave crisis política en la que está sumida la Unión Europea (UE) ha abierto el debate sobre el modelo futuro de Europa: la mera unión de tipo económico que propugna Gran Bretaña o la asociación política con dimensión social soñada por los padres del proyecto europeo después de la segunda guerra mundial.

El primer ministro británico, Tony Blair, que asumirá la presidencia de la UE el 1 de julio, ha anunciado que el jueves, ante el pleno del Parlamento Europeo, presentará lo que califica como su "visión de Europa". Esa visión es un gran mercado común de carácter liberal, con cooperación intergubernamental en determinadas áreas --como la lucha antiterrorista y la seguridad--, pero que impida cualquier avance de integración política, que recorte la política agraria y que evite normativas sociales europeas.

ANTIGUOS Y MODERNOS Londres intenta realzar su modelo planteándolo como una visión moderna "capaz de afrontar los retos del futuro" y de la mundialización, frente a quienes "están atrapados en el pasado" por defender el modelo social europeo y la protección del campo.

Sin embargo, la responsabilidad decisiva de Blair en el fracaso de la cumbre le resta credibilidad y capacidad de arrastre ante los demás estados miembros, según fuentes diplomáticas. El aún presidente semestral de la UE, el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, ya anunció públicamente que ni asistirá al acto de la Eurocámara ni escuchará a Blair, dolido por su estrategia de hacer fracasar la cumbre a cualquier precio.

Francia advirtió ayer a Blair contra la tentación de aprovechar la crisis actual para intentar imponer su visión a los demás. "Habrá que reflexionar juntos, de forma consensuada y no en ruptura, lo que queremos para Europa dentro de cinco, diez, treinta o cincuenta años", declaró la ministra francesa de Asuntos Europeos, Catherine Colonna. "Todos juntos y no sobre la voluntad de sólo algunos", recalcó la responsable.

CRITICAS AUSTRIACAS El canciller austriaco, Wolfgang Schüssel, que asumirá la presidencia de la UE después de Blair, el 1 de enero del 2006, también se mostró crítico con los planes británicos. La UE que defiende Blair, señaló, "abandona el modelo económico y social europeo".