El nombre del general Ratko Mladic, nacido en 1942 en Kalinovik --hoy Bosnia y entonces parte del Estado títere de Croacia creado por los nazis--, estará para siempre vinculado al de Srebrenica. En el verano de 1995, durante varios días, las fuerzas dirigidas por él bombardearon esta localidad, haciendo caso omiso a la resolución 819 de la ONU, que la había declarado zona segura . Unos 600 soldados holandeses mal equipados no pudieron proteger el enclave. Tras su entrada en Srebrenica, las tropas serbias autorizaron a las mujeres a salir y ordenaron el arresto de hombres, jóvenes y ancianos para ser interrogados. Unas 7.500 personas fueron asesinadas, cifra que convirtió esa masacre en la peor atrocidad cometida en Europa tras la segunda guerra mundial.

Pero en 1995 Mladic ya poseía un amplio historial en las guerras originadas tras la desmembración de Yugoslavia. En 1991, dirigió el 9º Cuerpo del Ejército contra las tropas croatas, y también participó en el asedio de Sarajevo. Cuando los vientos de la contienda cambiaron, tras la firma de los acuerdos de Dayton, Mladic gozó de la protección del exlíder yugoslavo, Slobodan Milosevic, hasta su arresto en el 2001.

Su hija Anna se suicidó en 1994, según algunas fuentes, ante las críticas vertidas en Serbia contra su padre.