Para Laura Ling, de 32 años, y Euna Lee, de 36, la peor pesadilla de sus vidas comenzó el 17 de marzo, cuando fueron arrestadas en Corea del Norte por haber cruzado la frontera desde China para preparar un reportaje sobre tráfico de mujeres. Se agravó en junio, cuando fueron condenadas a 12 años de trabajos forzados. Y aunque la condena no se llegó a materializar nunca y pasaron su tiempo presas en una casa de huéspedes cerca de Pyongyang, solo empezaron a vislumbrar el final de la traumática experiencia el martes.

"Nos dijeron que ibamos a una reunión", contaba ayer Ling en el aeropuerto de Burbank (California) donde aterrizó de madrugada el avión cedido por el empresario Steve Bing en el que regresaron a EEUU. "Cuando cruzamos las puertas, vimos frente a nosotras al presidente Bill Clinton. Estábamos estupefactas, pero supimos instantáneamente que la pesadilla de nuestras vidas estaba finalmente acabando", explicó Ling.

Ayer, Ling y Lee veían por primera vez tras 140 días a sus familias. Las cámaras estaban allí para retratar el emocionado encuentro.