Colombia vuelve a encender las luces de alarma ante la captación de menores por parte de la guerrilla, los paramilitares y otras bandas armadas. "Pese a estar catalogado como un crimen de lesa humanidad, el reclutamiento de menores no se detiene", aseguró ayer el diario El Espectador , de Bogotá. La situación, reveló, es "especialmente preocupante" en Urabá, en el noreste del país, y en algunas zonas de Medellín.

Las FARC suelen negar la presencia de menores, pero recientes estudios dan cuenta de que uno de cada cuatro miembros no tienen más de 18 años. A principios de año, dos menores que se negaron a incorporarse a sus filas fueron asesinados.