Empujado por la apremiante situación económica interna y con el sentido pragmático que, dicen, le caracteriza, el presidente cubano, Raúl Castro, anunció que continuará abriendo la mano, poco a poco, para que Cuba deje de ser "el único país del mundo en el que se puede vivir sin trabajar". "Hemos adoptado importantes decisiones que constituyen en sí mismas un cambio estructural y de concepto", dijo el mandatario al concluir el quinto período ordinario de sesiones parlamentarias, en el que todas las resoluciones se apoyaron de manera unánime y a mano alzada.

En un país donde más del 90% de la economía está en manos del Estado y sobran un millón de empleados, el Gobierno se propone autorizar la apertura de pequeños negocios, siguiendo un reciente experimento realizado con las barberías. De este modo, el emprendedor pagará un canon al Estado y se le permitirá contratar mano de obra.

El Gobierno estudia también la posibilidad de ampliar la venta de algunas producciones que, de hecho, ya circulan en el mercado negro. Algunos analistas consideran que, a lo sumo, esas medidas permitirán la reinserción en el mercado laboral de miles de personas, pero no resolverán problemas estructurales.

El ministro de Economía, Marino Murillo, descartó de plano que las reformas desvíen a Cuba de su empinada ruta hacia el socialismo. "Seguirá rigiendo la planificación centralizada, se aligerarán un grupo de cosas, pero no vamos a entregar la propiedad", puntualizó.

EL FANTASMA La iniciativa privada es uno de los fantasmas del capitalismo al que más teme el régimen cubano y que tiene en el expresidente Fidel Castro a su más acérrimo detractor. Esta lucha, que da señales de estar tocando a su fin, comenzó en 1968 con la llamada "Ofensiva revolucionaria". Entonces, el comandante en jefe se proponía "construir el socialismo y el comunismo al mismo tiempo". Y para llegar a esa meta, fueron expropiados barberos, vendedores de café y fontaneros, entre otros pequeños comerciantes.

Ante el Parlamento, Raúl Castro aseguró que la cúpula del Partido Comunista (PCC) "es más sólida que nunca" y descartó la "lucha de tendencias". Pero los debates internos, no siempre públicos, dan cuenta de opiniones fuertemente encontradas sobre el rumbo a seguir.

LAS FOTOGRAFIAS Fidel Castro, que ha reaparecido en las últimas semanas, se abstuvo de ir al Parlamento. Por lo pronto, Granma , el órgano oficial del PCC, lo exhibió ayer sonriente en su portada al informar de la reunión del comandante en jefe con el ministro de Exteriores chino, Yang Jiechi. Raúl Castro también se entrevistó con el jefe de la diplomacia china, pero su fotografía apareció en menor tamaño que la de su hermano.

Fidel Castro vistió otra vez una casaca verde olivo sin insignias. Su hermano hizo de anfitrión ataviado con la tradicional guayabera . Muchos se preguntan si esas diferencias de vestuario son también políticas o maniobras de distracción de los Castro en un escenario incierto.