No tiene cáncer". El vicepresidente del Gobierno cubano, Carlos Lage, salió ayer al paso de los rumores acerca de la enfermedad que padece Fidel Castro. Desde que el pasado lunes, en una decisión sin precedentes, el comandante cediera el mando a su hermano Raúl, ha habido decenas de versiones contradictorias sobre su estado de salud. La penúltima, publicada por el diario brasileño Folha de Sao Paulo , decía que oficiales cubanos habían informado al presidente Luiz Inácio Lula da Silva de que su amigo Fidel tenía un tumor maligno en el estómago y que su salud era bastante peor de lo que el régimen había hecho público.

Lage, de visita a Bolivia, no se movió de la versión oficial conocida hasta ahora: "Fidel se recupera favorablemente. La operación ha sido un éxito". Sin embargo, puso una fecha, si bien bastante inconcreta, para la vuelta al poder del mandatario cubano. "Será en varias semanas", dijo el vicepresidente durante la celebración del 181º aniversario de la independencia del país andino.

Hubo más declaraciones que arrojaron algo de luz sobre el estado de Castro, aunque siempre dentro del casi impenetrable secretismo oficial, justificado por el Gobierno debido a la "amenaza" de EEUU. El presidente de la Asamblea Nacional y número tres del régimen, Ricardo Alarcón, admitió que el ritmo de trabajo del comandante en jefe tendría que aminorar. "Lo necesitamos trabajando con buena salud", declaró Alarcón por teléfono a una radio de Miami, donde viven cerca de 650.000 cubanos. "Pero eso implica que abandone su trabajo diario, al que ha estado acostumbrado durante tanto tiempo".

La Iglesia cubana también lanzó un mensaje de apoyo a Fidel, en el que pedía que Dios le acompañe en su enfermedad. Pero la declaración más importante la hizo el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien, después de una misa en la catedral de la capital, afirmó que la Iglesia Católica cubana no aceptaría una intervención de EEUU en la isla.

SEGUNDA CIRUGIA Mientras tanto, la rumorología continúa. De acuerdo con el periódico El Nuevo Herald , que cita fuentes cercanas a los servicios de salud cubanos, el dirigente no estaría en condiciones de volver al trabajo en "varias semanas", como dijo Lage, sino que su recuperación podría tardar hasta un año. Pasado ese tiempo, además, deberá de hacer frente a una segunda operación, más complicada, en la que el intestino habrá de ser reconectado al recto.

El periódico de Miami también apunta al posible sucesor de Raúl Castro al frente del Ministerio de Defensa. Según el diario, Alvaro López Miera, jefe del Estado Mayor del Ejército cubano, tomará el testigo de Raúl, quien desde el lunes continúa sin aparecer en público.