El Gobierno progresista de Romano Prodi, con el voto de cinco senadores vitalicios, ha aprobado este fin de semana los presupuestos del Estado del 2007, superando el primer obstáculo de su mandato, pero perdiendo en solo seis meses 27 puntos de confianza. Si hoy se celebrasen elecciones, ganarían los conservadores de Silvio Berlusconi, según los sondeos realizados durante el debate presupuestario.

"Es normal cuando se imponen sacrificios a todos, pero si el enfermo no toma la medicina no se cura", dijo Prodi, explicando así el recorte presupuestario de 15.000 millones de euros para sanear el balance del Estado que arrastra la mayor deuda de Europa: 1,6 billones de euros.

"Solo un demente como el que está en el Gobierno podía sacar unos presupuestos como estos", dijo Giulio Tremonti, exministro de Economía conservador.

En cuanto al panorama político italiano, la UDC, partido centrista de los conservadores, está flirteando con el centrista UDEUR, de la coalición progresista. En el otro bando, los Democráticos de la Izquierda (DS) y los centristas de La Margarita trabajan en un proyecto de fusión, llamado Partido Democrático. No formarán parte los comunistas. Y de por medio está el programa electoral de los progresistas, que representa el mínimo común denominador de los 13 grupos políticos de la coalición.