Aunque no estaba en la agenda, la crisis norcoreana tuvo ayer gran protagonismo en la apertura de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). Y lo tuvo por dos motivos: por el interés de Estados Unidos en aprobar una resolución en favor de una península coreana libre de armas nucleares y porque el Gobierno surcoreano confirmó el lanzamiento de un misil tierra-mar por parte de su vecino del norte.

Todo ello llevó al presidente de Estados Unidos, George Bush, y de Corea del Sur, Roh Moo-Hyun, a responder de forma positiva a los esfuerzos diplomáticos en curso para convencerle de que abandone su programa nuclear y para que se abstenga de "cualquier acción que agrave la situación". El presidente estadounidense dejó claro que no tiene intención de atacar a Corea del Norte y, bien al contrario, se plantea estudiar sus peticiones.

SEÑAL DE AVISO

Esa declaración se produjo después del ensayo de un misil realizado por Corea del Norte, una operación que Seúl calificó de "rutinaria". Sin embargo, según un portavoz del Ministerio de Defensa, el lanzamiento de este misil coincidiendo con la cumbre de la APEC no es casual.

El borrador de la resolución que aprobarán los jefes de Estado y de Gobierno no hace mención específica a Corea del Norte, pero sí a la necesidad de que todos los países de la región se comprometan a combatir con todos los medios a su alcance la proliferación de armas de destrucción masiva.