El equipo de Bush se ha cansado de la pantomima diplomática que ha representado hasta ahora y ha decidido mostrar la cara auténtica de sus intenciones. En una grotesca pataleta, ha puesto las cartas boca arriba: nada de negociar calendarios de inspección y nada de votaciones arriesgadas en la ONU. Hagamos piña con los países que son algo y fuera los que no son nada. Y acción.Ese es el libreto de la reunión de mañana en las Azores, donde el gran punto del orden del día será el ataque. El planteamiento de los pros y contras de una invasión de Irak sin el paraguas de la ONU y con la opinión pública mundial en contra. Será la hora de la verdad para los compañeros de viaje después de sus contundentes alegatos belicistas.El amigo tejano les exigirá que den el paso para mirar el mundo desde la atalaya de la gloria y les obligará a tomar una decisión histórica. Un peligro muy claro para

Aznar y Blair , porque sólo los sabios rectifican.