Su aspecto frágil y quebradizo contribuye a agrandar, si cabe, su fortaleza interior. Aung San Suu Kyi (Rangún, 1945), es hija del general Aung San, artífice de la independencia de Birmania asesinado en 1947, y de la diplomática Khin Kyi. Convertida en icono de la lucha por los derechos humanos, se formó en el Reino Unido y Japón, pero cuando en 1988 regresó a Birmania para cuidar de su madre no tuvo valor para abandonar a su país en manos de los dictadores.

Desde entonces, su activismo en la oposición la ha llevado a pasar un total de 13 de los 19 años privada de libertad, bajo un estricto arresto domiciliario. Los avatares a los que ha debido hacer frente son muy dolorosos. Uno de ellos, la prohibición de recibir la visita de su marido que, moribundo, quería despedirse de ella, y la imposibilidad de ver a sus dos hijos. Sus conciudadanos le han regalado el apodo de Dama de Rangún .