Las redacciones de las cadenas de radio y de televisión están divididas entre el deseo de informar sobre los motines y el de no atizar los actos de violencia. La mayoría de las cadenas generalistas han sufrido de lleno los actos de hostilidad de los manifestantes, entre los que se incluyen el robo de cámaras, el incendio de los coches de informadores e incluso el lanzamiento de piedras. Un periodista y un cámara de la televisión pública belga fueron agredidos ayer en los suburbios de Lille. El cámara, Guy Maton, tuvo que ser ingresado.