Decenas de cadáveres permanecen hoy abandonados a la intemperie en Day Da Ye, una aldea a unos 64 kilómetros al suroeste de Rangún, desde que el ciclón tropical Nargis pasó por esa zona del sur de Birmania (Myanmar), el sábado pasado. "Podría haber al menos un centenar", declaró un lugareño a radio Mizzima.

Al menos 351 personas han muerto y más de 100.000 se quedaron sin techo a causa del Nargis, aunque los especialistas prevén que la cifra oficial de víctimas mortales crezca a medida que se restablecen las comunicaciones y se reabren las carreteras. Las autoridades birmanas declararon el pasado fin de semana el estado de emergencia en las regiones de Rangún, Pegu e Irrawaddy, a esta última pertenecen Day Da Ye, y en los estado Karen y Mon.

La zona más afectada es Ayeyawaddy, en el delta del río Irrawaddy, donde hubo 222 muertos, y la pequeña isla de Hain Gyi, con 109 muertos y 20.000 casas destruidas. El régimen militar que gobierna el país desde 1962 utiliza helicópteros para sobrevolar el territorio castigado por las copiosas lluvias y los vientos de 190 kilómetros por hora que acompañaron a Nargis, que acabó por perder fuerza y extinguirse a medida que se adentraba en el país.

En Rangún, la antigua capital y la mayor urbe del país, continúa hoy el corte en el suministro de agua potable y de luz, y sus cinco millones de habitantes tienen problemas para abastecerse de alimentos básicos. El aeropuerto de la ciudad fue reabierto hoy y se reanudaron los vuelos internacionales, pero otros servicios, como Internet, tardarán todavía días en comenzar a funcionar.

Varias agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales con la Federación Internacional de la Cruz Roja al frente celebraron una reunión en Bangkok para examinar la situación y coordinar la distribución de ayuda.