Tres atentados suicida en Bagdad y otro en Kirkuk, todos ellos cometidos por mujeres, causaron hoy medio centenar de muertos en Irak y más de 300 heridos, después de varias semanas en las que se registraba un considerable descenso de la violencia.

En la capital, al menos 26 peregrinos chiíes perecieron y otros 117 resultaron heridos, según fuentes médicas, en tres explosiones que se produjeron con pocos minutos de diferencia, en tanto que en Kirkuk hubo 22 muertos y 187 heridos en un atentado y un tiroteo posterior.

Aunque los atentados suicida son frecuentes en los últimos años de violencia en Irak, es la primera ocasión en la que coinciden en el mismo día cuatro explosiones protagonizadas por mujeres.

Fuentes policiales dijeron que los atentados de Bagdad tuvieron lugar en el corazón de uno de los barrios comerciales de la capital, el de Karrada, y que, al parecer, las acciones estaban coordinadas.

Los atentados se registraron en las plazas de Musa Ibn Nusair y de Kahraman, así como cerca del Teatro Nacional Iraquí, en un barrio suele ser escenario de similares ataques, en su mayoría protagonizados por insurgentes suníes.

Los objetivos de los tres atentados de Bagdad eran peregrinos chiíes que se dirigían hacia Kazimiya, donde se encuentra el santuario de Musa Al Kazem, en el norte de la ciudad, para participar en los actos con motivo del aniversario de la muerte de ese imán.

Los atentados registrados en el barrio de Karrada son los más graves desde el 17 de junio pasado, cuando más de sesenta personas murieron en un ataque masivo en el barrio chií de Hurriya, en el este de Bagdad.

Ningún grupo se ha responsabilizado inmediatamente de estas acciones violentas, pero, según fuentes policiales, los atentados cometidos en Bagdad tienen el sello de militantes de la organización terrorista Al Qaeda.

En la peregrinación hacia Kazimiya participan cada año miles de chiíes que se dirigen allí para recordar a uno de sus imanes más respetados.

El 31 de agosto del 2005, más de un millar de personas murieron en una avalancha de peregrinos en un puente que conecta con el santuario de Kazimiya, después de que corriera el rumor entre los peregrinos de que entre ellos había alguien que portaba una bomba.

El portavoz del Plan de Seguridad para Bagdad, Qassem Atta, dijo a los periodistas que se han adoptado medidas para proteger las rutas que suelen utilizar los peregrinos chiíes hasta el santuario de Musa Al Kazem.

Mientras tanto, en Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad, 22 personas perecieron y otras 187 resultaron heridas en un atentado protagonizado por un desconocido que llevaba un cinturón de explosivos y que lo hizo detonar en el centro de la ciudad, además de un tiroteo posterior.

El Gobierno autónomo de Kurdistán dijo en su sitio de Internet que este atentado fue causado también por una mujer que hizo estallar los explosivos en medio de una manifestación política.

Después de la explosión se registró un tiroteo entre kurdos y turcomanos. Entre los heridos por este intercambio de disparos hay un coronel del Ejército.

Kirkuk es la ciudad más importante de una rica región petrolera del norte de Irak, con una población de mayoría kurda y centro de disputas entre las autoridades del Kurdistán iraquí y del Gobierno de Bagdad.

La concentración donde se produjo el atentado de Kirkuk fue convocada para protestar por la aprobación en el Parlamento de una ley sobre las elecciones provinciales, inicialmente convocadas para el 1 de octubre próximo, que no contó con el respaldo de los legisladores kurdos.

Los kurdos quieren que Kirkuk se convierta en la capital de la región autónoma de Kurdistán, que comprende las provincias de Sulimaniya, Irbil y Dohuk.

Pero árabes y turcomanos prefieren que la ciudad siga quedando bajo el control del Gobierno central de Bagdad, como símbolo de la coexistencia pacífica entre los diferentes grupos étnicos de Irak.