Los soldados de EEUU destacados en Irak probablemente volverán a casa en el 2007, pues el comienzo de la retirada de tropas del país árabe se impone con urgencia en Washington, tras la clara exigencia expresada por los ciudadanos en las elecciones del pasado martes. Apremiados por el rechazo popular a la sangrienta y costosa guerra, los demócratas indicaron ayer que propondrán el inicio de la repatriación paulatina de los 145.000 soldados de EEUU de Irak para dentro de cuatro a seis meses.

"Lo primero es cambiar la dirección de la política para Irak", explicó a la cadena ABC el veterano senador por Michigan Carl Levin. Y fue incluso mucho más concreto: "Necesitamos comenzar un repliegue militar paulatino en cuatro o seis meses".

CAMBIO EN ENERO Su opinión tendrá un gran peso a partir de enero, cuando los demócratas tomen posesión de la mayoría parlamentaria ganada en los comicios del martes, ya que Levin presidirá el influyente Comité de Servicios Armados del Senado, precisamente el que discutirá el futuro de las tropas de Irak.

La derrota electoral republicana y la fulminante salida del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, han convertido la salida de los soldados de Irak en el tema capital en Washington. Hasta la Casa Blanca ha cambiado de tono sobre la repatriación pues, como subrayó ayer Josh Bolten, el jefe de Gabinete del presidente, George Bush, "nadie puede estar contento con la situación" en el país árabe.

NUEVA ESTRATEGIA Por eso, no solo se aguardan con expectación las recomendaciones de la comisión Baker, el grupo de 10 miembros de los dos partidos que estudia cómo salir del atolladero iraquí, sino que Bush y su equipo de seguridad nacional mantendrán hoy una reunión de trabajo con ella, para buscar un cambio de estrategia en Irak.

"Necesitamos una perspectiva nueva", reconoció ayer Bolten, parafraseando al presidente, que ya adelantó la misma idea al anunciar la dimisión de Rumsfeld, el pasado miércoles. "El presidente siempre ha estado interesado en realizar ajustes tácticos", aseguró también Bolten, aunque ahora se trata de ir más allá, de cambiar no solo de táctica sino de estrategia, algo que ya estudian los mandos del Pentágono.

DISCRECION Los trabajos de la comisión Baker no se harán públicos al menos hasta diciembre y se mantienen por ahora en el mayor secreto, aunque se sabe que James Baker, su presidente, también se inclina por un cambio de estrategia, algo que algunos analistas han interpretado como un apoyo a la repatriación.

Para elaborar sus recomendaciones, la comisión contará también con la ayuda del primer ministro británico, Tony Blair, quien mantendrá mañana martes una videoconferencia con sus miembros para abogar por una solución al conflicto de Oriente Próximo y por la apertura del diálogo con Irán y Siria.