Los ocho aspirantes a la candidatura demócrata a la Casa Blanca se enfrentan esta noche en el pequeño estado rural de Iowa con la primera prueba de fuego de la larga carrera electoral estadounidense. Sin perder ni un segundo, los candidatos agotaron ayer allí su último día de furiosa campaña para atraerse a los más de 100.000 votantes que se reunirán en asambleas locales, denominadas caucuses, para pronunciarse en las elecciones más disputadas desde hace décadas en este estado.

"Estoy en total posición de combate", dijo el exgobernador de Vermont Howard Dean, que lucha codo a codo con sus tres más cercanos rivales en Iowa, los senadores John Kerry y John Edwards, y el representante Richard Gephardt. Todos ellos llegan a estos caucuses prácticamente igualados en los sondeos, seguidos por el reverendo negro Al Sharpton y el congresista Dennis Kucinich, la cola del pelotón de aspirantes demócratas a ser elegidos para intentar desbancar al presidente Bush en las elecciones del 2 de noviembre.

Aunque ni el exgeneral Wesley Clark ni el senador Joseph Lieberman han hecho campaña en Iowa, también podrían recibir votos esta noche, algo que supondría un notable refuerzo a sus posiciones, sobre todo en el caso de Clark.

MESES DE CAMPAÑA Tanto Gephardt, que ganó estos caucuses en 1988 durante una tentativa presidencial anterior, como Dean, llevan meses haciendo campaña en Iowa, un estado con una fuerte corriente de liberalismo que debería favorecer al exgobernador de Vermont. Su estrategia hasta ahora ha sido cultivar a los sectores demócratas más liberales, que detestan el giro profundamente derechista impuesto a la nación por George Bush, y que aún no han perdonado el "robo" de las últimas elecciones al demócrata Al Gore, decidido por el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora.

"No vamos a derrotar a Bush siendo una versión ligera del presidente", dijo en Iowa el combativo Dean. El exgobernador de Vermont dio su receta para ganar al candidato republicano: "Dar a ese 50% de estadounidenses que han dejado de votar, porque no pueden distinguir entre el partido demócrata y el republicano, una razón para volver a hacerlo". Este argumento ha llevado a Dean a alejarse de las posiciones centristas abrazadas por otros candidatos, como Clark o Lieberman, y a escorarse hacia la izquierda liberal demócrata.

Vencer en estos caucuses no supone que se obtendrá la candidatura demócrata a la Casa Blanca, pero perder tampoco implica ser deshauciado de la tentativa electoral, pues Bill Clinton quedó tercero en Iowa en 1992 y llegó a presidente. Sin embargo, esta primera prueba puede solidificar la posición de favoritos como Dean, o dar impulso a aspirantes como Wesley Clark.

Tras los caucuses de Iowa, el pelotón de aspirantes demócratas que se enfrentará con la importante primaria de New Hampshire puede haber quedado reducido.