El electorado búlgaro castigó hoy la falta de eficacia del Gobierno socialista en la lucha contra la corrupción y apoyó mayoritariamente a la oposición conservadora de Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) en los comicios generales.

Según los sondeos a pie de urna, el GERB, liderado por el alcalde de Sofía, Boiko Borisov, ha obtenido entre el 38 y el 41 por ciento de los votos, lo que le otorgaría hasta 117 escaños, a sólo cuatro mandatos de la mayoría absoluta. Por su parte, el Partido Socialista Búlgaro (BSP), del actual primer ministro, Serguéi Stanishev, podría haber obtenido sólo el 17 por ciento de los votos y 41 escaños.

La participación en estos comicios generales, primeros de Bulgaria como socio de la Unión Europea (UE), rozó el 60 por ciento del censo electoral, un dato muy elevado en comparación con elecciones anteriores.

La campaña electoral de Borisov, un ex guardaespaldas y monitor de kárate, se centró en denunciar los graves casos de corrupción en el seno de la Administración pública, en especial los relacionados con la malversación de ayudas de la UE. El pasado año, la Comisión Europea (CE) decidió cancelar por este motivo la entrega de 500 millones de euros en fondos de desarrollo.

Ya en los comicios europeos del pasado mes, el electorado lanzó un claro mensaje de insatisfacción al Gobierno socialista, al otorgar la victoria a la formación de Borisov.

El populista alcalde de la capital búlgara, ex guardaespaldas del último dictador comunista y del último rey, Simeón de Bulgaria, no dudó en prometer que mandaría a prisión a varios ministros presuntamente implicados en casos de fraude y soborno.

Por su parte, el BSP, parece no haber convencido con sus promesas de más políticas sociales en el país más pobre de la UE, donde el salario mínimo es de 120 euros y el sueldo medio de 250. En cualquier caso, con los actuales resultados en la mano y a espera de que el escrutinio oficial se anuncie mañana, el GERB no dispondría de suficientes escaños para gobernar en solitario. Se abre así la posibilidad de una complicada negociación para formar Ejecutivo, toda vez que Borisov ha negando rotundamente la posibilidad de un acuerdo con los socialistas.