Chile sintió ayer por la mañana seísmos de dos y seis en la escala Richter en el norte y el extremo sur del país, respectivamente. El peligro de un tsunami fue rápidamente descartado por la Armada. Por la tarde, en Santiago, se intuía otra cosa: la inminencia de un temblor político, y tenía que ver con las elecciones. El magnate Sebastián Piñera y Eduardo Frei se disputaban voto a voto el camino a la presidencia. En medio de un recuento dramático, se removía el orden forjado a partir de 1990, cuando se inició la transición democrática. Nada será como antes en Chile. Al cierre de esta edición, se conoció que Piñera será el próximo presidente de Chile.

La quinta elección presidencial desde que Augusto Pinochet abandonó el poder no fue apta para cardiacos. La escasa diferencia con la que Piñera, el candidato de la derecha, llegó a esta elección, encendió la tibia llama de la esperanza en la Concertación Democrática, la coalición de democristianos y distintas vertientes socialdemócratas que, con indicios de cansancio, gobierna desde hace 20 años.

Más de ocho millones de chilenos decidieron el nombre del futuro ocupante del Palacio de la Moneda. "Arriba los corazones porque vienen tiempos mejores", dijo Piñera, con aires de predicador, a la hora de votar. En un artículo en el diario La Tercera , el multimillonario invitó a los chilenos a protagonizar "una revolución en la que no habrá vencedores ni vencidos".

Frei fue mucho más explícito en su mensaje, como si, en ese gesto, estuviera tratando de persuadir a los aún indecisos. "Cada chileno conoce qué representa cada candidato. Chile va a ser un país sin arrogancia y sin soberbia, un país para todos y no para algunos", dijo.

VOTACION REÑIDA En diciembre, el expresidente quedó 14 puntos por debajo de Piñera. En vísperas de los comicios redujo la distancia a 1,8 puntos. Tan católico confesional como su contrincante, Frei se levantó creyendo en la posibilidad de un regalo divino. Pero a quienes no creen en los milagros les pidió que eligieran con realismo. "Han hablado mucho de los cambios. Ellos estuvieron también 17 años en el poder y los chilenos pueden comparar libremente", señaló, en alusión a las rémoras pinochetistas que se esconden en la Coalición para el Cambio.

"El resultado va ser estrecho", reconoció el expresidente Ricardo Lagos.