Las autoridades francesas movilizaron ayer un espectacular dispositivo policial para desalojar a un millar de inmigrantes-ocupas que desde hace más de cuatro años vivían hacinados y en condiciones precarias en una antigua residencia universitaria en Cachan (afueras de París). Los ocupantes, la mayoría de origen africano, habían transformado el lugar en el mayor edificio ocupado de Francia. Los desalojados en situación irregular, casi la mitad, serán expulsados.

Los más de 200 policías y antidisturbios, apoyados por bomberos y la Cruz Roja, esperaron a que los hombres abandonaran la residencia para ir a trabajar y desalojaron a centenares de mujeres y a 200 niños que no opusieron resistencia. La operación provocó las protestas de las asociaciones de defensa de los derechos humanos y de los inmigrantes, que montaban guardia para evitar el desalojo.

Las familias con papeles fueron conducidas a las 350 habitaciones de hotel pagadas por un mes en las localidades de Sucy- en-Brie y Orly. En cambio, los solteros sin papeles fueron conducidos a centros de retención para su "expulsión inmediata", indicó un portavoz de la Liga de los Derechos Humanos.