El IRA es desde ayer un ejército sin armas. La Comisión Internacional Independiente de Desarme (IIDC) confirmó que la banda republicana se ha deshecho de sus arsenales. Atrás quedan un siglo de conflictos, tres décadas de violencia terrorista y ocho años de un proceso de paz que aún no termina. La dirección del IRA ratificó en un comunicado, quizá el último que emita la organización, que "el proceso se ha completado".

El anuncio, de una dimensión sin precedentes en la historia de Irlanda, fue recibido con cauto optimismo por los gobiernos de Londres y Dublín y con una previsible desconfianza por parte los unionistas. La reanudación del diálogo entre las fuerzas políticas norirlandesas deberá esperar todavía varios meses.

"El Ejército Republicano Irlandés ha destruido la totalidad de su arsenal", afirmó el general canadiense retirado John de Chastelain, presidente de la IIDC. "Hemos observado y verificado cómo se inutilizaban grandes cantidades de armas, que según creemos son todas las que poseía el IRA", dijo el militar.

UN PASO "IMPORTANTE" Chastelain confirmó que lo destruido se corresponde con las estimaciones que en septiembre del 2002 entregaron las fuerzas de seguridad británicas a la IIDC. El premier británico, Tony Blair, calificó el veredicto de paso "importante" y "largamente esperado" que debe ayudar "a culminar el proceso de paz", pero pidió a la IIDC que confirme que la banda "ha puesto fin a cualquier otra actividad". La Casa Blanca también celebró la noticia y tachó la jornada de "histórica".

Junto a Chastelain comparecieron dos sacerdotes, el católico Alex Reid y el protestante de la iglesia metodista Harold Good, que han participado como testigos independientes. Good aseguró que lo visto con sus "propios ojos" prueba que "el IRA ha decomisado las armas". Sus palabras pretendían despejar los recelos de la comunidad protestante, pero no convencieron al líder unionista Ian Paisley. El jefe del Partido Democrático del Ulster denunció la falta de transparencia de un desarme del que no hay pruebas fotográficas, inventario del armamento destruido o detalles sobre el método de verificación del proceso.

Desde Dublín, el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, calificó lo hecho por el IRA de "hito histórico" y pidió a los unionistas que no "infravaloren su importancia". El líder del Sinn Féin, Gerry Adams, admitió que la decisión del IRA resulta "difícil para muchos republicanos", pero agregó que es "un salto valiente y atrevido".