La situación en las calles de la capital de Haití, Puerto Príncipe, empieza a ser ya insostenible. Pese a la retirada de miles de muertos de las calles, solo la ayuda humanitaria puede salvar a los vivos. Hoy se ha confirmado la primera muerte a consecuencia de los enfrentamientos en las calles por agua y alimentos y todo hace temer que no será la última salvo que intervenga el Ejército de EEUU. Mañana llegan a Haití en torno a 10.000 soldados norteamericanos, que deberán poner orden en las calles y distribuir la ayuda humanitaria.

El reparto de comida a los cientos de miles de damnificados por el terremoto del pasado martes en Haití se está viendo dificultado por la desesperación de la gente, que intenta acaparar la mayor parte de alimentos y comida posibles. La repetición de tumultos durante las operaciones de reparto de víveres ha hecho que las agencias de la ONU o el Gobierno haitiano requieran de fuertes contingentes de seguridad antes de proceder a cada reparto.

PELIGRO EN EL AIRE

En el Campo de Marte, una enorme explanada adyacente al quebrado palacio de Gobierno, un contingente boliviano acudió hoy a repartir agua con un cargamento de 4.000 litros. De sus 80 hombres, 10 se encargaban de la distribución y los otros 70 de mantener a raya a la muchedumbre.

"En cuanto al reparto de comida, no anunciamos nunca el lugar donde la vamos a distribuir para evitar tumultos", señaló a Efe el capitán Marco León Peña, del contingente boliviano de la Minustah (misión de la ONU en Haití).

CAOS Y AGRESIONES

León Peña y otros testigos han relatado escenas de caos y agresiones durante operaciones previas de reparto de comida, y hay quienes, como el ejército estadounidense, han optado en ocasiones por lanzar los paquetes la comida desde helicópteros suspendidos en el aire.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que hoy es esperado en Haití, ha reconocido la lentitud con que se desarrollan las operaciones de ayuda en este país ante la catástrofe histórica que supuso el terremoto de 7 grados en la escala de Richter.

En muchos lugares de Puerto Príncipe son visibles pancartas con mensajes elocuentes como SOS, Help o Ayuda, escritos en varios idiomas y situados a la entrada de los campamentos de refugiados, calculados en unas 600.000 personas solo en la capital.