Después de que Israel expresara en público y por canales más discretos su preocupación por las imágenes que llegaban desde la frontera entre Egipto y Gaza de miles de palestinos saltando el otrora casi inexpugnable muro, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y El Cairo acordaron cerrar esta madrugada el paso fronterizo. Se acabó así la oportunidad de familias separadas desde décadas de reencontrarse y el negocio de contrabando de tabaco, comida y otros bienes que convirtió a Rafá durante dos días en un inmenso bazar.

Israel --a quien le costó mucho abandonar esta frontera-- teme que junto a las mercancías que circulaban libremente también hubiera armas, pero la policía palestina afirma que lo único delictivo que detectaron es marihuana. Pese a ello, y tras la amenaza israelí de cerrar los accesos entre Gaza e Israel si continuaba la barra libre de mercancías en Rafá, la frontera volverá a estar sellada hoy, dos días antes de lo previsto por el Gobierno de El Cairo, que pretendía ofrecer un "regalo" a los palestinos.

El presidente palestino, Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ), en un discurso emitido ayer, dijo que no tolerará "el caos de las armas y los secuestros en Gaza".