Más de 500 profesores que impartían clases en escuelas de primaria de Kenia han sido despedidos y se someterán a un proceso judicial por haber abusado sexualmente de sus alumnas menores de edad, muchas de las cuales se quedaron embarazadas. El escándalo fue revelado ayer por el presidente de la Comisión del Servicio del Profesorado, Ibrahim Husein. No es la primera vez que la sociedad keniana hace frente a un suceso de este tipo, ya que el año pasado otros 600 profesores perdieron su trabajo por idénticos motivos.

En los últimos dos años, pues, más de un millar de profesores han perdido su empleo acusados de abusos a distintos niveles, desde besos y tocamientos hasta relaciones sexuales completas que han acarreado embarazos.

Los abusos se han cometido, mayoritariamente, en escuelas del ámbito rural y las alumnas victimizadas tienen edades comprendidas entre los 12 y los 15 años. El presidente del organismo de control del profesorado explicó que una línea confidencial de ayuda ofrecida a las víctimas ha permitido constatar que los abusos estaban mucho más extendidos de lo que inicialmente pensaban las autoridades.

Una de las principales preocupaciones de las autoridades radica en la dificultad de someter a los implicados a un proceso judicial ya que, habitualmente, los profesores acusados sobornan a los padres de las víctimas para que retiren sus acusaciones.

"El número de profesores que han sido despedidos y luego llevados a juicio es bastante bajo y, para resolver esto, necesitamos el apoyo de los familiares y de las comunidades", pidió Ibrahim Husein en el transcurso de la conferencia anual de la asociación de directores de colegios de primaria celebrada en Mombasa.

Husein hizo un llamamiento a los padres para que no pacten con los acusados y para que garanticen el regreso a la escuela de las niñas afectadas. Sin embargo, Husein recomendó que las alumnas que han quedado embarazadas se escolaricen en un centro diferente para evitar ser estigmatizadas.