Las autoridades de Pakistán han ordenado el despliegue de fuerzas especiales de seguridad en la ciudad de Karachi (sur), tras una ola de violencia étnica y política que ha causado 23 muertos en las últimas 24 horas, informó hoy a Efe una fuente policial. "La situación está mejorando. El último asesinato ha tenido lugar hacia las 4.00 horas locales (23.00 GMT de ayer). Desde entonces no ha sucedido nada más. Los 'Rangers' (paramilitares) y otros cuerpos de seguridad están patrullando la ciudad", explicó el jefe de la Policía de Karachi, Wasim Ahmed.

Grupos de vándalos han quemado autobuses y han forzado el cierre de comercios, según el canal Geo Tv, mientras que las escuelas y los colegios de la ciudad no abrirán hoy sus puertas en vista de la precaria situación de seguridad. La violencia comenzó en la noche del martes al miércoles, con el asesinato a manos de hombres armados de un comerciante de móviles y militante de un partido pastún, lo que inició una serie de "vendettas" entre activistas.

Desde entonces, según la fuente, al menos 23 personas han muerto y otras 30 han resultado heridas en sucesos violentos, en su mayoría asesinatos selectivos, ocurridos en distintas zonas de esta metrópoli portuaria, la ciudad más poblada de Pakistán. Catorce víctimas pertenecían a la etnia pastún, y algunos de ellos militaban en el Partido Nacionalista Awami (ANP), una formación política que representa los intereses de esta comunidad, minoritaria aunque significativa en Karachi.

También han fallecido en los choques activistas de una formación islamista, la Jamaat-e-Islami (JI), y de otra que encabeza el gobierno local, el Muttahida Qaumi Movement (MQM), y que representa los intereses de la comunidad mohajir. En declaraciones recogidas hoy por varios medios paquistaníes, el titular de Interior de la provincia de Sindh -cuya capital es Karachi-, Zulfiqar Mirza, informó del arresto en las últimas horas de unos 200 sospechosos, aunque no precisó su grado de implicación en los disturbios.

De acuerdo con Geo Tv, los "Rangers" han recibido carta blanca para llevar a cabo redadas, arrestos y operaciones de búsqueda con vistas a contener esta ola de violencia en una ciudad acostumbrada a las tensiones étnicas. En Karachi, habitada por más de 18 millones de personas y con presencia de comunidades procedentes de todas las provincias del país, tienen su base de operaciones numerosas bandas criminales vinculadas a los distintos partidos políticos.