La detención del portavoz de Inmigración del Partido Conservador por agentes de la lucha antiterrorista como sospechoso de filtrar documentos perjudiciales para el Gobierno laborista de Gordon Brown ha provocado la furia de la clase política británica.

Damian Green fue detenido en su casa del distrito electoral de Ashford, en Kent, mientras nueve agentes de las fuerzas antiterroristas registraban su domicilio en Londres. Los agentes se llevaron el móvil, la Blackberry y los ordenadores del diputado. Green fue conducido a una comisaría del centro de la capital, donde fue interrogado. Después de nueve horas, quedó en libertad sin cargos, aunque deberá responder en febrero a un interrogatorio sobre las filtraciones. La contundente actuación policial provocó críticas de los partidos de la oposición.