Diez personas murieron hoy en un incendio en un club nocturno del centro de Moscú, en lo que representa el cuarto accidente de grandes dimensiones ocurrido en Rusia en los últimos siete días.

Este incendio ha elevado la cifra de muertes en ese tipo de accidentes en esta "semana negra" a 186, entre la explosión en una mina de Siberia (108), el incendio en un asilo de ancianos cerca del mar Negro (62) y una catástrofe aérea en el norte de la parte europea de Rusia (6).

Según el ministerio de Situaciones de Emergencia, seis hombres, dos de nacionalidad búlgara, y cuatro mujeres murieron esta madrugada debido a la inhalación de humo en el club "911", mientras otras cuatro personas tuvieron que ser hospitalizadas con problemas respiratorios de diversa gravedad.

El fuego se declaró a las 03.10 de la madrugada hora local (23.10 GMT del sábado) en el primer piso de un edificio de tres plantas que acoge el teatro Lenkom, no lejos de la céntrica Plaza Pushkin, informó la agencia Interfax.

Unas 150 personas tuvieron que ser evacuadas del local por los bomberos, que tardaron una hora y media en sofocar el incendio que amenazaba con propagarse por el resto del inmueble, labor en la que tomaron parte 25 efectivos de los servicios contra incendios.

El fuego, que afectó a una superficie de 40 metros cuadrados, fue considerado por los equipos de emergencia de segundo nivel de peligrosidad en la escala de cinco que tradicionalmente manejan las autoridades rusas.

"Por suerte, el incendio no se propagó a la segunda planta, ya que el edificio es muy viejo, data de los tiempos de Stalin", declaró a Efe un policía que acordonaba la zona.

Un portavoz del ministerio de Emergencias manifestó que el incendio fue causado por un descuido durante un espectáculo que requería el manejo de fuego, según el testimonio de uno de los camareros del club.

Al parecer, al intentar un truco al artista invitado -un joven de 20 años- se sintió indispuesto y se le incendió accidentalmente la ropa con alcohol etílico, tras lo que las llamas alcanzaron un bidón próximo que contenía cinco litros de líquido inflamable.

Seguidamente, las llamas "se propagaron con inusitada rapidez" por todo el escenario desatando el pánico entre los presentes, añadió el portavoz oficial.

"El alcalde de Moscú Yuri Luzhkov ha asumido personalmente el control de la investigación", señaló un portavoz de la alcaldía.

La Fiscalía de Moscú ha incoado un expediente penal por violación de las normas de seguridad en relación al fuego y destrucción de propiedades por descuido.

"Este accidente es una amarga lección y un estímulo para la creación de un nuevo sistema de seguridad contra incendios, y para dirimir responsabilidades entre las autoridades y los dueños del local", señaló Víctor Ózerov, presidente del comité de Defensa y Seguridad del Senado.

El local, de unos cien metros cuadrados, había sido alquilado a los dueños del Léninski Komsomol "Lenkom", uno de los principales teatros de Moscú.

"El Lenkom es el teatro de la vanguardia rusa desde tiempos soviéticos", declaró a Efe Víctor uno de los vecinos de la zona.

Mientras, en la mina de carbón Ulliánovskaya (región de Kémerovo) continúa la frenética búsqueda de los dos mineros desaparecidos tras la explosión de gas grisú ocurrida hace una semana y que ha causado, por el momento, la muerte de 108 operarios.

Los equipos de salvamento pusieron hoy en funcionamiento una segunda bomba para aspirar el agua que todavía anega los pozos donde deberían encontrarse los mineros, labor que requerirá unas 48 horas.

Según el Gobernador de Kémerovo, Amán Tuléev, los mineros se encuentran con casi absoluta seguridad en uno de los pozos inundados, por lo que es muy poco probable que aún estén con vida.

Ese accidente, la peor catástrofe minera de las últimas décadas en este país, ha conmocionado a los rusos que han respondido generosamente a las peticiones de ayuda económica para las familias de los fallecidos, al recaudarse ya más de medio millón de dólares.

De los 203 mineros que se encontraban en la explotación en el momento de la explosión únicamente 93 pudieron ser rescatados con vida.

Por otra parte, las autoridades de la región septentrional de Komi pudieron evacuar hoy finalmente los cadáveres de las seis personas que murieron al estrellarse el miércoles pasado el helicóptero en el que viajaban en un área montañosa de esta inhóspita región.

Entre los ocupantes del aparato se encontraban el piloto, un empleado del parque natural local y cuatro especialistas de la compañía Severgazprom que debían realizar tareas de control ecológico en las inmediaciones de un gasoducto.