El contencioso entre Irán y la comunidad internacional por el programa nuclear iraní no está exento de sobresaltos. Teherán anunció ayer la dimisión de Alí Lariyani, el principal negociador del régimen de los ayatolás con sus interlocutores occidentales. El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, que se ha reunido con Lariyani en infinidad de ocasiones y que tenía previsto volver a hacerlo el próximo martes en Roma, no ocultó que estaba "sorprendido" por la noticia.

El portavoz del régimen iraní, Gholam Hossein Elham, señaló que el viceministro de Exteriores, Said Jalili --un hombre cercano al presidente, Mahmud Ahmadineyad--, reemplazará a Lariyani como nuevo jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN), denominación oficial del negociador del régimen de Teherán. "Lariyani había presentado su dimisión varias veces y finalmente el presidente Mahmud Ahmadineyad ha aceptado su renuncia", aseguró el portavoz iraní, que no dio explicaciones sobre el porqué de esa dimisión y se limitó a mencionar "motivos personales", así como el deseo de "emprender otras actividades políticas".

ENCUENTRO EN ROMA Según el portavoz iraní, la reunión prevista para el martes en Roma con Solana "se mantendrá como estaba previsto con el nuevo jefe del CSSN". No obstante, Hossein Elham señaló que Lariyani participará en el encuentro de Roma, aunque solo como miembro de la delegación. "La decisión nos ha sorprendido pero, por nuestra parte, mantenemos la reunión con el enviado que el Gobierno iraní decida mandar", señalaron fuentes diplomáticas.

Los analistas se apresuraron ayer a tratar de interpretar el significado y el alcance de la renuncia de Lariyani que, a pesar de ser un duro negociador, parecía más pragmático que el presidente Ahmadineyad.

La principal conclusión que extraen es que la dimisión de Lariyani, considerado muy próximo al ayatolá Alí Jamenei, líder supremo de Irán, demuestra las divergencias entre este último y Ahmadineyad, que estaría acrecentando su poder dentro del régimen. "Parece tratarse de un paso hacia la consolidación del bando de Ahmadineyad", explicó el analista Mohamad Sadegh al Hoseini, que recordó que el presidente nunca aceptó la amplia autonomía de que gozaba Lariyani, que mantuvo serias diferencias con Ahmadineyad sobre cómo proceder en las negociaciones con Occidente. Además, cada vez que este mantenía una ronda de negociaciones, el presidente iraní aprovechaba para advertir contra cualquier concesión.

De hecho, Lariyani no es el primer responsable iraní que abandona el Gobierno por sus divergencias con el presidente, ya que antes renunciaron los ministros de Petróleo y de Industria.

Lo que parece claro es que Jalili, que es muy cercano a Ahmadineyad, va a endurecer aún más la línea negociadora de Irán respecto a su programa nuclear. "Dada la presencia de muchos halcones en el CSSN, nadie espera que Irán flexibilice su postura en el futuro", señaló el consejero del Centro Iraní de Asuntos Estratégicos, Mashalá Shams al Waezein, que recordó que Lariyani "abogaba por la transparencia en el dosier nuclear", una política que cuenta con una fuerte oposición en el núcleo duro del régimen iraní.

Por su parte, el analista Said Leylaz manifestó que el relevo del negociador "supone un cambio de estrategia y para acelerar las cosas y ofrecer una mayor dosis de radicalismo".

LA VISITA DE PUTIN El hecho de que su dimisión se haya producido solo cuatro días después de que el presidente ruso apoyara a Irán en su disputa nuclear con Occidente refuerza la impresión de que el régimen iraní va a endurecer aún más su postura.