Dos ciudadanos tunecinos y un danés de origen marroquí fueron detenidos ayer en Dinamarca como sospechosos de planear un atentado contra Kurt Westergaard, el autor de la más polémica de las 12 caricaturas del profeta Mahoma que en el 2006 desataron una ola de indignación en el mundo musulmán.

Las detenciones se produjeron a primera hora de la mañana en la ciudad de Aarhus (oeste) y, según la policía, tuvieron carácter "preventivo". El jefe de los servicios secretos daneses, Jakob Scharf, explicó que los presuntos terroristas estaban "en la fase inicial" de los preparativos de su plan --del que no han trascendido detalles--, pero que se optó por "no correr riesgos inútiles".

Sin embargo, el precio de una intervención policial temprana es que se resiente la obtención de pruebas, como ocurriera con la célula islamista de Barcelona semanas atrás. Así, el propio Scharf adelantó que el sospechoso de nacionalidad danesa sería puesto en libertad tras prestar declaración, por falta de pruebas suficientes para que permaneciera en prisión. Los dos tunecinos serán expulsados del país al ser considerados "una amenaza a la seguridad del Estado".

CAMBIOS DE DOMICILIO En cambio, en la edición digital del Jyllands Posten --el diario que en septiembre del 2005 publicó las polémicas caricaturas--, su director, Carsten Juste, escribía ayer que había "planes muy concretos para asesinar a Kurt Westergaard". El dibujante, de 73 años, y su esposa, Gitte, de 66, llevan más de tres meses bajo protección policial. "En noviembre la policía me pidió que cambiara inmediatamente de domicilio, y desde entonces me he mudado varias veces, en Dinamarca y en el extranjero", explicó el caricaturista a la televisión danesa.

Westergaard dibujó a un Mahoma barbudo y de aspecto siniestro con una bomba en el turbante, reproducido de nuevo ayer por la web del Jyllands Posten . En ella, el dibujante explicaba que, más que miedo, siente "ira" e "indignación" por el hecho de que se le haya usado para "sembrar tanta locura". Lo que sí teme es tener que lidiar con las "malsanas" secuelas de su caricatura el resto de su vida. "Es triste, pero se ha convertido en una circunstancia en mi vida", decía.

Al conocerse la noticia, las condenas del plan para asesinar a Westergaard llovieron de la derecha y de la izquierda, empezando por el primer ministro, el liberal Anders Fogh Rasmussen, e incluyendo al presidente de la Comunidad Islámica del país, Kasem Ahmad. "En Dinamarca hay libertad de expresión, y que algunos quieran tomarse la justicia por su mano no sirve a nuestra causa", afirmó Ahmad.

DE MARRUECOS A INDONESIA El islam considera una ofensa la representación en imágenes de Mahoma. Las caricaturas pasaron desapercibidas en principio, pero meses después las manifestaciones y los asaltos a sedes diplomáticas europeas recorrieron el mundo musulmán, de Marruecos a Indonesia, con más de un centenar de muertos. El Jyllands Posten , el mayor diario danés, ha defendido siempre la publicación de los dibujos argumentando que los musulmanes deben acostumbrarse, como el resto de la sociedad, a ser objeto de burlas. En octubre del 2006, la justicia absolvió a su redactor jefe y a su jefe de Cultura de injurias a los musulmanes.