Un coche bomba explotó ayer en la ciudad turca de Van, matando a tres personas e hiriendo a otras 24, al paso de un convoy. El ataque iba dirigido contra el gobernador local, Hikmet Tan, que resultó ileso. La bomba, que fue accionada por control remoto, causó gran preocupación después de las recientes explosiones en Turquía, antes y durante la cumbre de la OTAN, celebrada recientemente.

La policía ha detenido al propietario del coche, un empleado local, según una fuente de la oficina del gobernador. Aunque no ha habido ninguna reivindicación, la policía cree que se trata del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El PKK niega tener ningún tipo de responsabilidad: "Este no es el tipo de acción que llevamos a cabo", manifestó a través de un comunicado, y añadió que"los muertos y heridos son nuestra gente. Condenamos este ataque".

Hace un mes que el PPK acabó con un alto al fuego unilateral que duró seis años, desatando la violencia en la zona sureste del país, con mayoría kurda y donde está situada Van. Desde que estalló el conflicto separatista con Turquía, en 1984, han muerto más de 30.000 personas. El portavoz de la policía de Ankara anunció la desarticulación de otra bomba después del atentado contra el gobernador.