La furia conservadora que trató de mermar el discurso sobre la educación que ayer ofreció Barack Obama acabó teniendo el efecto contrario al que buscaba. Después de que algunos republicanos y padres conservadores denunciaran el discurso como una injerencia y un intento del presidente de adoctrinar políticamente a los jóvenes, y pese a que la Casa Blanca facilitó el texto de la intervención con 24 horas de antelación para calmar las críticas, muchos más ojos de los que se podía esperar ante una intervención sobre educación se volvieron sobre el presidente. Y con esa inusitada atención, Obama aprovechó para renovar un mensaje que, como ha hecho en otras ocasiones al hablar de temas como la raza y la discriminación, apela a la responsabilidad individual.

Fue un discurso al que era difícil que cualquier padre, maestro o político pusiera pegas gracias a frases como "nadie nace sabiendo, se aprende trabajando duro" o "no puedes dejar que tus fracasos te definan, tienes que permitir que te enseñen". Y hasta un ultraconservador como Newt Gingrich acabó asegurando que debería ser lectura obligatoria. También la exprimera dama Laura Bush defendió ardientemente la intervención de Obama.

EXPERIENCIAS PERSONALES Apoyándose en el relato de experiencias personales, como las lecciones que su madre le daba de madrugada, el presidente llamó a los alumnos de Wakefield (Virginia) y a los que siguieron la intervención en escuelas de todo el país, a estudiar, superarse y a no escudarse en excusas. "Al final, las circunstancias de vuestra vida --el aspecto, el lugar de origen, cuánto dinero se tiene o lo que sucede en casa-- no son excusa para no hacer los deberes o tener una mala actitud", dijo.

Apeló a no abandonar los estudios y aseguró que el esfuerzo no solo persigue metas individuales. "Si dejáis la escuela, no solo os falláis a vosotros mismos, falláis a vuestro país", espetó. "El futuro de América depende de vosotros", proclamó.