El acuerdo de Ginebra ha abierto una delicada brecha en el seno de Al Fatah: este fin de semana varios integrantes del partido de Arafat han expresado abiertamente su oposición a la iniciativa por considerar que, a través de ella, los palestinos renuncian al derecho de retorno de los refugiados y crean un precedente que se volverá contra ellos cuando se celebren las negociaciones con Israel para conseguir un acuerdo de paz.

Esta brecha afloró ayer cuando unos 200 manifestantes, incluidos seguidores de Al Fatah, se abalanzaron sobre la delegación que cruzó la frontera con Egipto para acudir a la firma del acuerdo que se concretará hoy en medio de una gran atención de los medios de comunicación internacionales.

"TRAIDORES" Los manifestantes llamaron "traidores" a los delegados y les golpearon cuando se disponían a atravesar la frontera. Policías palestinos desarmados tuvieron que proteger a los delegados y emplearse a fondo para controlar a los agresores. Los delegados dijeron que no viajarían a Ginebra a menos que recibieran el respaldo expreso de sus dirigentes. Fue el propio Arafat, a media tarde, el que autorizó el viaje y se comprometió, así, con el plan. Entre los palestinos que asistirán hoy a Ginebra figuran Yibril Rayub, consejero de Arafat, dos diputados y dos ministros. Algunos de los dirigentes palestinos rechazan las condiciones del acuerdo, sin embargo la mayor parte de los palestinos se muestran favorables, ya que quieren acabar de una vez con la ocupación.

Por su parte, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se ha manifestado en varias ocasiones en contra del acuerdo, ya que lo considera "muy dañino" para los intereses de Israel. El documento, de 50 páginas, contempla una retirada israelí de la mayor parte de los territorios de Cisjordania y Gaza, lo que implicaría el desmantelamiento de casi todos los asentamientos judíos. Por otro lado, Sharon reiteró ayer que no detendrá las obras del muro que construye en Cisjordania pese a las críticas de la comunidad internacional.