Las crecientes divergencias entre los Veinticinco ante el inminente inicio, el 3 de octubre, de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE) impidieron que el Consejo informal de Ministros de Exteriores de Newport (Gran Bretaña) pudiera consensuar una declaración para presionar a Ankara para que reconozca diplomáticamente a Chipre y normalice sus relaciones con ese país. Los ministros, no obstante, evitaron cuestionar la fecha del 3 de octubre para iniciar las negociaciones, pese a la actitud desafiante de Ankara frente a Chipre y a la falta de acuerdo entre los Veinticinco sobre el marco que debe regular esas negociaciones.

El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, expresó su confianza en que los Veinticinco lograrán pactar la semana próxima la declaración de la UE sobre Turquía. Esta declaración tiene como objetivo contrarrestar la declaración turca del 29 de julio, en la que negaba el reconocimiento diplomático de Chipre, a pesar de ampliar a ese país y a los otros nuevos estados miembros de la UE los acuerdos de Ankara sobre unión aduanera.

La declaración de la UE, según la propuesta británica, enfatizará la necesidad de normalización de las relaciones de Ankara con Chipre y advertirá a Turquía de que se evaluará en el 2006 que no discrimine a Chipre, en especial la admisión de los barcos y aviones chipriotas en los puertos y aeropuertos turcos.

El Consejo de Ministros también intensificó la presión política sobre Irán para que abandone las actividades de conversión de uranio y amenazó con denunciar a Teherán ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

CAOS ORGANIZATIVO El Consejo de Newport evidenció, una vez más, las graves deficiencias de las infraestructuras británicas, a pesar de la pretensión del primer ministro, Tony Blair, de presentar a Gran Bretaña como modelo de la UE. Las telecomunicaciones durante la reunión, tanto para las delegaciones como para la prensa, se paralizaron durante horas y su funcionamiento el resto del día fue errático.