El tribunal de Virginia donde se desarrolla el juicio a Zacarías Moussaoui se enfrentó el miércoles a uno de sus momentos más dramáticos. Por primera vez desde los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, se escuchó en público una grabación de lo ocurrido a bordo del vuelo 93 de United Airlines, que acabó estrellado en un campo de Shanksville, en Pensilvania. La fuerte carga emocional de esa grabación es una de las armas con las que la fiscalía, que ayer acabó de presentar su caso, intenta convencer al jurado para que condene a muerte a Moussaoui, el único procesado en EEUU por los ataques y que se ha reconocido culpable de participar en la conspiración.

Mientras en una pantalla se iba reflejando la posición, velocidad y altura que tenía en cada momento el vuelo 93, desde que fue secuestrado sobre Ohio hasta que se estrelló, los miembros del jurado escucharon los 31 minutos grabados en la cabina de los pilotos. Son, según los periodistas que se encontraban en la sala, minutos que reflejan caos, pánico y violencia. A veces se hace difícil distinguir si quien habla es hombre o mujer o si lo hace en inglés o en árabe. Se escuchan frases como "no quiero morir" repetidas hasta en tres ocasiones. Se oyen lamentos y angustiosas repeticiones: "no, no, no", "por favor, por favor, por favor...". Casi al final, cuando varios pasajeros intentan acceder a la cabina de los pilotos, la grabación recoge en varias ocasiones la frase "Alá es el más grande" en árabe. Momentos después, el avión se estrella.

El juez Leonie M. Brinkema ha permitido que se haga pública la transcripción pero, de acuerdo con la voluntad de las familias de las víctimas, ha prohibido que se reproduzca la grabación fuera del tribunal. Dentro, ayer esa cinta fue el último golpe de efecto en la presentación del caso de la fiscalía, que aún quería ir más lejos. Intentaron presentar un vídeo en el que se veían las fotos y se leían los nombres de los casi 3.000 fallecidos el 11-S, pero el juez se lo prohibió. A cambio sí permitió que se desplegara un póster con imágenes de casi todas las víctimas.

El martes también se habían producido momentos dramáticos cuando se rememoró el ataque al Pentágono. Después de que la acusación presentara imágenes de víctimas que murieron abrasadas, Moussaoui gritó: "La próxima vez quemad todo el Pentágono". Ayer, al abandonar la sala, el acusado también gritó: "Dios os maldiga a todos".

MENTALMENTE INESTABLE El jueves, la defensa tenía previsto presentar su caso e intentar alegar que Moussaoui, ciudadano francés de origen marroquí, es mentalmente inestable. Sus abogados alegan que el jurado --que ya lo ha declarado idóneo para la pena de muerte-- debe condenarlo a cadena perpetua teniendo en cuenta varios factores, además de sus supuestos problemas mentales. Aseguran que su papel en los atentados fue limitado (estaba detenido en una cárcel de Minesota cuando se produjeron) y afirman que ejecutarlo satisfaría su sueño de convertirse en un mártir del islam.