Doce mineros muertos y dieciocho heridos graves es el balance de la explosión registrada en una galería de la mina de carbón de Wójek (al sur de Polonia) situada a 1.050 metros de profundidad y provocada por una bolsa de gas metano.

Los trabajadores que lograron escapar han relatado que la explosión hizo temblar las entrañas de la mina, y fue seguida por una bola de fuego que se extendió por gran parte de la galería.

En el momento del accidente se encontraban en la zona afectada más de 40 personas, algunas de los cuales consiguieron subir a la superficie por sus propios medios, para ser inmediatamente trasladados a hospitales cercanos, según explicó a los medios locales el ingeniero jefe de la mina, Andrzej Bielecki. Varios de los fallecidos perdieron la vida en las ambulancias a consecuencia de las graves quemaduras.

Nada más conocer la noticia familiares y amigos de los mineros se concentraban a las puertas de los centros médicos a la espera de más información, repitiéndose las escenas de dolor mientras se podía ver a algunos de los afectados caminando por su propio pie hacia la entrada de urgencias, desorientados y con el cuerpo ennegrecido por el humo.

Polonia, un país con tradición minera, tiene un largo historial de accidentes como éste, con más de 200 personas fallecidas en explosiones en minas en los últimos treinta años, la última en el 2006, cuando 23 mineros perdieron la vida.