Las fuertes riadas en la República Checa han causado ya doce muertos, casi todos en la región nororiental, mientas que los daños materiales se estiman en más de 40 millones de euros, informaron hoy los medios locales.

Las víctimas murieron en su mayoría ahogadas, eran de edad avanzada y residía en los alrededores de la localidad de Novy Jicin, en la cuenca del río Odra, que fluye hacia Polonia.

Un veraneante que bajaba en barca neumática por el río Moldava, al sudoeste del país centroeuropeo, cayó de su embarcación y no ha sido encontrado.

Un millar de soldados ayudan en la labor de salvamento y en restablecer las vías de comunicación en las zonas más afectadas, ya que muchos puentes han sucumbido ante las riadas.

Anoche fue reanudado el tráfico ferroviario entre Praga y Ostrava, la principal localidad del Este del país, pero cuatro conexiones de trenes en esa región oriental siguen interrumpidas.

En Praga ha sido decretado el primer grado de peligrosidad por actividad fluvial y se han instalado algunas barreras protectoras, creadas ya tras las catastróficas riadas del verano de 2002.

También el sur de Polonia sigue en alerta ante el riesgo de que continúen las fuertes tormentas, un temporal que se ha cobrado la vida de un hombre en Mielec (sureste del país).[subtitulo.120]

Muchos puentes han sucumbido ante la fuerza de las aguas