Hasta hoy no tendrá el alta médica el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Probablemente esta tarde saldrá del Hospital San Raffaele de Milán, donde fue ingresado el domingo tras recibir el impacto en la cara de una estatuilla de mármol de 350 gramos que le lanzó un hombre en tratamiento psiquiátrico al final de un mitin. Mientras, las fuerzas políticas manifiestan algunas dificultades para "bajar el tono" del debate como pidió el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

La jueza Cristina Di Censo decidió ayer mantener el arresto de Massimo Tartaglia, de 42 años, y que permanezca en la sección psiquiátrica de la prisión común de Milán. "Puede repetir su gesto", explicó. Otro hombre, cuya identidad se desconoce, fue llevado a la comisaría ayer de la madrugada, después de que hubiese llegado hasta el séptimo piso del Hospital San Raffaele "para saludar a Berlusconi". Al parecer, está pasando por un mal trance amoroso. En su coche, aparcado en el garaje del hospital, hallaron palos de hockey.

Según el parte médico leído ayer por la tarde, el retraso en dar el alta a Berlusconi es debido a que aún tiene dolores por el golpe recibido y las consiguientes dificultades para comer. Por ello, "de vez en cuando" el primer ministro, que había pasado una noche "agitada", es alimentado con el gota a gota y sigue tomando medicamentos para el dolor. "Su estado de ánimo es positivo", explicó su portavoz, Paolo Bonaiuti, quien añadió que deberá guardar 15 días de convalecencia. Ayer recibió la visita de los futbolistas Clarence Seedorf y Thiago Silva en representación de la plantilla del Milan, el club del que es propietario. El martes por la noche le llamó el presidente de EEUU, Barack Obama.

"RABIA REPENTINA" Magistrados y policías siguen intentando despejar toda duda de que Tartaglia actuó solo y sin que nadie le indujera a arrojar al jefe de Gobierno el suvenir de la catedral de Milán. "No soy la mano de nadie --dijo--. Lo que hice fue el fruto de un momento de rabia repentina. No es verdad que ya lo estuviera pensando desde la mañana", como dijo el martes en el Parlamento el ministro de Interior, Roberto Maroni. Tartaglia añadió que, como su familia, siente simpatías por el Partido Democrático, la oposición progresista, pero le "gusta" el también opositor Antonio Di Pietro, líder de Italia de los Valores (IdV), porque "dice cosas justas".

Por otra parte, se investiga la identidad de un policía de paisano que estaba en el lugar de los hechos, ocupado con el móvil. Al parecer, dos personas le avisaron de que Tartaglia estaba muy agitado y les respondió que llamasen al teléfono de urgencias.